Mi taxi es particular, pero está al servicio de la Salud

El centro de aislamiento que funciona en el hotel Zaza, a orillas de Sancti Spíritus, tiene en Jorge Luis Aparicio Magariño su más fiel transportista

Jorge Luis Aparicio no dudó en poner su Lada particular al servicio de la Salud
y del delicado momento que vive la provincia.

A Jorge Luis Aparicio Magariño le bastó una llamada de la Agencia de Trinidad para que estuviera al día siguiente en el hotel Zaza, donde se había abierto un centro de aislamiento para la cuarentena del personal sanitario que enfrenta la COVID-19 en Sancti Spíritus. “Al otro día amanecí allí, de eso hace ya nueve meses”, revela a TransportEspirituano con franca naturalidad, sin reparar en la grandeza de su gesto solidario.

“Aquí hago de todo, lo mismo asumo cualquier necesidad de transporte que exista en el centro de aislamiento que del hotel cuando ha tenido problemas con sus carros, sin interés de combustible ni nada”, afirma este trinitario, que más que el taxista del Zaza ha devenido en figura útil para el funcionamiento de la instalación.

“En mi Lada se carga lo mismo el cloro, que llevamos ropa a la lavandería, ó movemos a las compañeras que hacen los PCR a los médicos aquí aislados; incluso, si no hay agua de pomos buscamos las cajas que nos quepan en la parrilla; mi carro es la retaguardia del centro”, señaló.

“No solo me limito a ayudar con el Lada, participo también en lo que haga falta al hotel; si hay que ir a arrancar la turbina del pozo pues voy a la hora que sea. Mira un día se rompió la turbina y junto con la directora fuimos para Acueducto; regresamos cuando se dio solución a la rotura; es que los problemas del hotel son míos también”, dice Jorge Luis Aparicio, tal vez sin darse cuenta que le ha brotado el sentido de pertenencia por la instalación.

Cuenta el transportista que cuando empezó la pandemia usaron primero los carros del estado, después le pidieron disposición a los taxistas particulares. “Sí, pude haberme quedado en Trinidad, porque tengo mi carro arrendado a la Agencia allí; pero no, he preferido hasta correr el riesgo de enfermar por tal de ayudar en lo que está a mi alcance donde sea necesario en esta situación tan delicada”, destacó.

“Es el paso que me toca”, afirma, y en un gesto espontáneo se lleva la mano al pecho; “me siento agradecido con la Revolución, con todo este esfuerzo que hace el país, el personal de la Salud y demás sectores para enfrentar esta terrible enfermedad; jamás olvido todos los beneficios que disfruto en mi Cuba desde que nací hace 47 años”.

“Solo te digo que hasta que no se acabe la pandemia no paro”, suscribió Jorge Luis Aparicio. “El centro de aislamiento del hotel Zaza puede seguir contando conmigo y con mi Lada, es particular, pero está al servicio de la Salud”.