Con los japoneses no hay eso de un minuto tarde. La idea es todo a su hora, a su segundo. Tengo la impresión que ellos establecen su agenda en nanosegundos. Semejante puntualidad robótica genera beneficios, pero también exabruptos.
Con los japoneses no hay eso de un minuto tarde. La idea es todo a su hora, a su segundo. Tengo la impresión que ellos establecen su agenda en nanosegundos. Semejante puntualidad robótica genera beneficios, pero también exabruptos.