Esta resolución resalta la importancia de los corredores y rutas de transporte como elementos del desarrollo sostenible y la conectividad. También se reconoce la función crucial de los sistemas de transporte seguros, asequibles, accesibles y sostenibles, y su impacto esencial en el crecimiento económico y el bienestar social.

Las alternativas de movilidad sostenible están cobrando cada vez más fuerza, sobre todo en las ciudades, que viven cada vez más castigadas por la delicada situación medioambiental. Los medios de transporte ecológico son idóneos para las urbes, donde los trayectos cortos pueden perfectamente resolverse sin emitir gases de efecto invernadero, que tienen un impacto directo en nuestra salud y en la del medio ambiente.

Cada vez son más las personas interesadas en dejar de depender del coche para moverse por su ciudad, tanto por comodidad como por sostenibilidad.
¿Qué son los transportes sostenibles?
La sostenibilidad supone aprovechar los recursos que nos ofrece el planeta, sin malgastarlos ni abusar de ellos. Por tanto, el transporte sostenible es el que reduce el consumo de energía y apuesta por las energías limpias y renovables. Para ello, se buscan vehículos que contaminen menos, que utilicen energías no contaminantes y que optimicen los traslados.
Por ejemplo, en el caso del transporte de pasajeros, se puede entender por sostenibles aquellos vehículos que logran trasladar al mayor número de personas contaminando menos. Es el caso del transporte público (autobuses, metro, ferrocarril o tranvía) frente a los coches particulares.
El sector del transporte es el mayor consumidor de energía y el mayor emisor de dióxido de carbono del mundo, ya que la mayor parte de la energía empleada en el transporte proviene de combustibles derivados del petróleo. Este aumento de emisiones de gases contaminantes provocados por el transporte es cada vez mayor en las grandes urbes, donde los índices de contaminación atmosférica han llegado a considerarse como cuestiones de salud pública.
El objetivo a corto plazo más importante es que las ciudades cuenten con sistemas de transporte seguros, accesibles y sostenibles para todos, mejorando la seguridad vial y reduciendo considerablemente la emisión de carbono. De esta manera, estaremos contribuyendo a una urbanización inclusiva y sostenible, prestando especial atención a la calidad del aire que respiramos.
