Patrimonio y modernidad en la Estación Central de Ferrocarriles de La Habana (+fotos)

Se están realizando los esfuerzos para terminar el proyecto a finales de 2022 «porque el propio edificio y el ferrocarril lo necesita»

Desde que concluyera su construcción en 1912, la emblemática capitalina Estación Central de Ferrocarriles de La Habana vivió en la década del 60 y del 80 algunas reparaciones, pero ninguna tan significativa e importante como la que se lleva a cabo en estos momentos, una obra que devolverá a La Habana uno de sus Monumentos Nacionales convertido en un espacio de patrimonio y modernidad sin precedentes.

Al decir del ingeniero Jorge Candelaria Barroso, director general de la Empresa de Servicios Especializados y Dirección Integrada de Proyectos (Esedip), esta obra trata de rescatar todos los valores patrimoniales del edificio, fundamentalmente fachada, yesos, herrería y carpintería, además de dotar a la Estación de tecnologías para soportar el plan de inversiones del ferrocarril hasta el 2030.

Un pronóstico, dado por la percepción de que la mayoría del tráfico de carga y civil sea por ferrocarril, estima que el movimiento diario de pasajeros oscile entre las 16 000 personas y si bien la Estación no puede garantizar ese movimiento por su propia arquitectura, se está ejecutando un proceso de ampliación de sus áreas con un edificio anexo para la última espera.

Sobre esta ampliación, Candelaria Barroso explicó que ya existía la sala de boletos confirmado creada en los años 80 del pasado siglo, pero no era parte del original. «Lo que vamos a hacer es una intervención con un fundamento arquitectónico diferente, pues no llega a ser una integración del edificio, es un inmueble nuevo que esta resolviendo los problemas espaciales que tiene el antiguo».

Para el inicio de la obra, comentó, se tuvo que suspender todo el servicio ferroviario de la Estación y trasladarlo para otra, además de evacuar el edificio, creando capacidades para las empresas que radicaban en el inmueble, para luego adentrarse en el proceso de estudio –de casi un año– por especialistas del Ministerio de la Construcción (Micons), la Esedip y la Oficina del Historiador de la Ciudad, con el objetivo de buscar las tecnologías más adecuadas para la restauración del edificio.

Hasta el momento se ha trabajado en la reparación de la fachada, elementos de la carpintería, herrería y restauración de todos los elementos estructurales del edificio, que incluye las torres, techumbre y el interior.

Todos los elementos decorativos han sido trabajados por empresas del Ministerio de Cultura, mientras que desde el Micons se realizan los trabajos de restauración estructural del edificio.

SIN DEJAR DE TRABAJAR NI UN SOLO DÍA

El Director General de la Esedip destacó que esta inversión se vio dificultada por la llegada de la pandemia de la COVID-19 al país, que conllevó a una parálisis casi total de la ejecución de la obra en la estructura del programa que llevaba, además de la incapacidad financiera de seguir adquiriendo productos.

Sin embargo, se están realizando los esfuerzos para terminar el proyecto a finales de 2022 «porque el propio edificio y el ferrocarril lo necesitan».

Ante estos retos, se intencionó el cronograma de trabajo en todas aquellas actividades, donde la Esedip tiene garantizado los suministros, dígase la fachada, la restauración estructural y los andenes.

En el caso de este último, las labores se concentraron en su estructura metálica, la incorporación de nuevos techos y el ajuste de tecnologías asociadas al tráfico ferroviario, siendo estos el primer elemento del proceso inversionista que se va a terminar con fecha de funcionamiento para el mes de noviembre de este año.

Sobre este tema, Candelaria Barroso señaló que los andenes entrarán en funcionamiento aun cuando la estación no esté lista y también hay un interés de terminar, al menos, la fachada del edificio «para lo cual va a hacer un esfuerzo enorme», un proceso que solo sería para las llegadas, no para las salidas y que no interferirá con el proceso constructivo del resto de la obra.

Por otra parte, «se ha tratado de ahorrar en el concepto de importaciones tratando de buscar soluciones a la capacidad que tenemos de producción en el país, sin variar ni un milímetro el concepto del patrimonio», refirió.

El directivo agregó que «mucho de lo que se emplea en la obra se está obteniendo en Cuba y muchas de las sustitución de la importación está encaminada a soluciones tradicionales de ejecución».

Ese concepto de evaluar cómo ahorrar financiamiento e importaciones y de poder dirigir los esfuerzos hacia las actividades que se pueden terminar, porque se tienen garantizado los recursos, es lo que nos ha dado en estos dos años de ejecución los mayores esfuerzos, señaló Candelario Barroso.

En la actualidad la Estación tiene listo el reforzamiento de las dos torres originales del edificio con una estructura metálica para poder soportarlas, las cuales estaban en fallo estructural en 2014-2015 cuando se iniciaron los estudios para la restauración.

De igual forma, los elementos estructurales del edificio están restaurados, los techos fueron impermeabilizados y se ha trabajado en más de un 90 % de la fachada y los elementos decorativos.

Lo que viene ahora, agregó, es la preservación de lo que existe, avanzar en la carpintería de madera de la fachada, la herrería y la planta baja de la Estación.

UNA ESTACIÓN TECNOLÓGICA

Sobre las adecuaciones tecnológicas que tendrá la Estación, Candelaria Barroso refirió que están dadas en dos conceptos fundamentales: en el funcionamiento del servicio ferroviario y para que el edificio sea manejable desde el punto de vista eficiente, dado en este caso por el automatismo en la administración y funcionamiento para el control de los sistemas de iluminación y climatización, entre otros.

Por otra parte, está en fase de proyecto el dotar a todos los andenes de paneles solares, los cuales permitirían a la instalación soportarse energéticamente y a la vez, aportar a la red energética nacional.

La estación Central de Ferrocarriles de La Habana , que consta de cuatro niveles, tendrá en las dos últimas plantas las oficinas de la Unión de Ferrocarriles de Cuba, mientras que el mesanine y su planta baja está concebido para las áreas comerciales.

Una vez concluya toda la obra, la capital del país podrá mostrar un edificio patrimonial invaluable desde el punto de vista arquitectónico con un funcionamiento moderno de sus trenes y la posibilidad, además, de tener servicios con las tecnologías adecuadas para hacer eficiente el ferrocarril.

Información de Granma.