


Sin hacer mucho ruido, separadas del protagonismo mediático y desde diferentes ocupaciones, más de un centenar de mujeres en la provincia viven apegadas a los rieles, aseguran tráficos y dan vía a las transportaciones de pasajeros y cargas; mujeres que halan el ferrocarril en Sancti Spíritus.
Un desempeño atado a la dedicación laboral y la responsabilidad que muchas veces pasa desapercibido; hoy, dos de las tres Unidades Empresariales de Base (UEB) de la rama en Sancti Spíritus son encabezadas por mujeres, al igual que el cargo de delegada de la provincia, y 12 Estaciones de trenes, de las 17 existentes en el territorio, están también bajo la batuta femenina.
Solo el hecho de integrar colectivos en actividades que no siempre transcurren en las áreas urbanas, ocuparse de funciones que en otros tiempos pertenecían al reinado de los hombres, hasta adquirir conocimientos en asuntos poco habituales, dice mucho de la ascendencia de la mujer en el ámbito ferroviario espirituano.
Son tantas, que llenarían cuartillas, pero valga en un rápido repaso mentar algunas: Aliuska Machado, directora UEB Ferrocarriles; Norbelia Borges, en la Estación de Trinidad; Arays Pérez, al frente de Ferroazuc; Mirta García, a la cabeza de la estructura provincial y Madelys Piñero, en la Estación de Guayos
Nombrar también a Claisy Hernández, la jefa de Operaciones en Ferroazuc, una mujer que en tiempos de zafra descansa poco, apenas suelta el teléfono por tal de encarrilar todo el tráfico de los trenes que trasladan caña para el central Melanio Hernández, también los que regresan vacíos, mueven mieles y alcohol.
Tal vez la obra cumbre del sector femenino espirituano en esa actividad sea la de esa mujer maquinista, Yamilé Fernández Subiaurre, la única conductora de trenes en Sancti Spíritus, envuelta, otra vez, en la zafra de Tuinucú.
Cualquiera diría que ella escogió el oficio equivocado; sin embargo, era una niña cuando se sentada en el portal de su casa, situada frente al taller donde se reparan los vagones ferroviarios; sin saberlo, bebía de aquel paisaje asociado al camino de hierro; entonces no podía imaginar que un día subiría la escalerilla de la locomotora para convertirse, primero en auxiliar, después, en maquinista; el oficio que todavía la ata al Ferrocarril.