José María Pérez Capote, trabajador inclaudicable

Este 29 de septiembre se cumplen 110 años del natalicio del líder de los trabajadores del Transporte, que inscribió su nombre en el historial del movimiento sindical cubano

José María fue un tenaz defensor de los derechos de los trabajadores del Transporte.

José María Pérez Capote era muy joven cuando se sumergió en la lucha clandestina, entonces ya estaba identificado desde su adolescencia con las causas populares, obreras y estudiantiles, y se incorporó como trabajador de la terminal de Palatino, en la capital, en las rutas 16, 17 y 18, al tiempo que por las noches estudiaba en el Centro de Dependientes del Comercio.

Nacido el 29 de septiembre de 1911 en la finca San Vicente, en San Antonio de los Baños; después suspadres se mudaron a la barriada habanera de Jacomino, en busca de mejorar la situación económica. Un escenario que le permitió relacionarse con los obreros e influyó desde temprano en la formación proletaria del futuro líder de los trabajadores del transporte.

Desde que se inició en la terminal de ómnibus de Palatino, José María fue un tenaz defensor de los derechos de los trabajadores, de ahí que los compañeros de labor no tardaron en elegirlo miembro del comité sindical. También militaba en el Departamento Juvenil de la Confederación Nacional Obrera de Cuba y era miembro de la secretaría de propaganda del Sindicato Nacional de Obreros del Transporte.

Fue muy activo en la lucha de las masas populares contra el tiránico régimen de Gerardo Machado, a la vez que estuvo entre los organizadores de la huelga que lo derrocó el 10 de agosto de 1933.  

Varias de demandas planteadas entonces por José María Pérez, en representación de sus hermanos de clase fueron conquistadas en su mayoría: la reposición de los desplazados, la creación del escalafón laboral y la pareja de chofer y cobrador para cada carro, así como aumentos salariales y supresión del despido arbitrario por parte de la patronal.

Su prestigio lo situó entre los compañeros con que Lázaro Peña contó para la misión de reorganizar por aquellos años el movimiento sindical, desplegándose una intensa labor de reorganización de los sindicatos que culminó en enero de 1939 con la fundación de la Confederación de Trabajadores de Cuba.

Las cualidades de José María como dirigente sindical determinaron su elección para la secretaría general de la Federación de Trabajadores de La Habana y también encabezó la Federación de Trabajadores de la Provincia de La Habana. Además, desde el escaño que en 1940 ocupó como representante a la Cámara, defendió los intereses del proletariado.

José María descansaba la dirección de la organización obrera asumida en 1952, cuando tras el golpe de estado del 10 de marzo de ese año el gobierno, impidió la entrada al país del secretario general de la Central de Trabajadores, Lázaro Peña.

Por su permanente lucha a favor de los trabajadores y su exclusivo liderazgo en el sector del transporte, el régimen de Fulgencio Batista lo culpaba de la agitación y rebeldía prevaleciente entre quienes laboraban en la Cooperativa de Ómnibus Aliados.

El 20 de noviembre de 1957, pocas semanas después de haber cumplido 56 años de edad, fue detenido en La Habana por agentes policiales, torturado y asesinado.

Fue un duro golpe para el proletariado cubano, pero ya José María Pérez Capote había inscrito su nombre en el historial del movimiento sindical. En consecuencia con su obra de luchador y defensor de las causas obreras, la máxima distinción que entrega hoy el sindicato de los transportistas cubanos lleva el nombre de este destacado revolucionario, que sembró entre los trabajadores su ejemplo y su voz de sindicalista inclaudicable.