
Cuando la COVID-19 irrumpió en marzo del 2020 en Sancti Spíritus, los transportistas reacomodaron sus rutinas y extremaron las medidas en cada puesto laboral o vehículo; al ya recrudecido bloqueo de los Estados Unidos se unió el SARS-CoV-2, pero nada les ha impedido seguir brindando un servicio que es vital.
Contrario a lo que pudiera pensarse, desde marzo del pasado año hasta abril del presente calendario NO ha habido un minuto de descanso en los talleres de las diferentes unidades que integran el sector en la provincia: 126 medios, sobre todo ómnibus, semiómnibus y camiones, ruedan hoy otra vez gracias al ingenio de los colectivos obreros.
José Lorenzo García, al frente de la Dirección de Transporte en este territorio central, dijo a la ACN que esta es una de las ramas que más sufre debido al cerco económico, comercial y financiero del gobierno norteamericano, pues además de la disminución sensible del combustible, un asunto que de por sí genera disímiles problemáticas, la adquisición de los equipos en el exterior obstaculiza luego su reparación.
Subrayó que las partes y piezas de repuesto de esos medios se dificultan mucho, aquí específicamente ha habido afectaciones con los accesorios para los motores de los carros, acotó; sin embargo, las labores de recuperación apenas se detienen y muestra de eso es la búsqueda constante de soluciones para, cuando la situación epidemiológica lo permita, reanudar la transportación con un mayor número de vehículos en buen estado.
Hoy, significó el directivo, más allá de los años de explotación de algunos de ellos o del deterioro de las carreteras y caminos, las 23 rutas que cubren las zonas del Plan Turquino, por ejemplo, están listas para volver a las vías.
Aseveró que si en la actualidad se mantiene funcionando la flota aérea que brinda servicios a la Empresa Agroindustrial de Granos Sur del Jíbaro, una de las arroceras más importantes del país, es por el trabajo desplegado por los innovadores, quienes ponen su empeño para que después de varias décadas, los aviones sigan en el aire.
Precisamente, en los dos aeropuertos nacionales de Sancti Spíritus, se aprecia un fuerte impacto del bloqueo, refirió José Lorenzo García, quien señaló que en el 2011, en el Alberto Delgado, de Trinidad, se efectuaron 967 movimientos de aeronaves; en tanto, en el 2012, disminuyeron a 342 y en el 2020 el cerco estadounidense y la COVID-19 hicieron que las operaciones cayeran hasta la alarmante cifra de 10.
Pero el puerto de Casilda, ubicado en la propia localidad trinitaria, vio disminuir las entradas de buques desde los años 2018 y 2019 cuando las medidas de la anterior administración norteamericana recrudecieron aún más la inhumana política de bloqueo.
Sin embargo, consciente de las disímiles insatisfacciones que persisten en la población, nada detiene a los transportistas espirituanos: a la par de la recuperación de vehículos y las vías férreas, en estos momentos continúan el traslado de los sectores priorizados en medio del complejo panorama sanitario de la provincia y la escasez de combustible.
Entre sus proyectos más inmediatos y ambiciosos figura, a su vez, el reacomodo de la transportación urbana en la capital del territorio, una iniciativa que, entre otros fines, persigue el aumento de las siete rutas existentes en la actualidad y la disminución del tiempo de espera de los pasajeros.
Información de la Agencia Cubana de Noticias (ACN)