Los ferroviarios son gente sencilla, sacrificada y adnegada en su trabajo

Así lo define René Jesús González Molina, recientemente nombrado director general de la Unión de Ferrocarriles de Cuba, en declaraciones a un equipo de Desafío

René Jesús González Molina, director general de la Unión de Ferrocarriles de Cuba (UFC), se graduó como arquitecto, pero las causalidades y el azar lo llevaron al mundo de los caminos de hierro. Aunque está recién estrenando un cargo, que es tan robusto como los trenes mismos, tiene conocimientos para conducir el sector. Ha transitado dentro del gremio por diferentes niveles, incluyendo el central, donde fungió como vicedirector de la UFC. Un equipo de Desafío fue a su encuentro y nos aporta este testimonio:

“Me gradué de Arquitectura y casi de Ingeniería Civil, pues después por curso dirigido estudié tres años de esa carrera que dejé en pleno periodo especial, debido a mis responsabilidades como director municipal de Planificación Física (DAU antes, ahora DMOTU), y director municipal de la Vivienda. Prácticamente desde que egresé, en 1988, de la Universidad Central de las Villas, me dieron tareas de dirección, incluyendo vicepresidente del consejo de administración municipal del Poder Popular”.

René admite que aunque su carrera no tiene mucho que ver con el transporte, comenzó en esta rama como intendente municipal de Vialidad en el año 1996; y llegó en 1997 al ferrocarril porque un amigo lo comprometió a ocupar el cargo de Subdirector Técnico Productivo de la Empresa Constructora de Vías Férreas, Cóndor, enclavada en Placetas, Villa Clara.

“Ahí atendía las construcciones y reparaciones capitales de las vías férreas en toda Cuba, así como el mantenimiento mecanizado con equipos especializados conocidos en aquellos tiempos por su marca Tamper y en la actualidad por Plasser”.
Recuerda que al principio cuando oía hablar de un campo de vías se imaginaba un campo sembrado de cosas indeterminadas, y no un tramo de vías férreas de 12.5 metros de longitud, armado con las traviesas y los dos carriles listo para su colocación.

Su desconocimiento lo obligó a prepararse profundamente, tanto en la teoría como en la práctica, trabajando junto a las brigadas en todas las obras de construcción y reparación: “viviendo y comiendo con los obreros, lo que me llevó a ganarme el respeto y la admiración de los ferroviarios que son gente sencilla, sacrificada y abnegada en su trabajo”.

Su gestión administrativa ha transitado por varias empresas nacionales, incluyendo la planta de soldar carriles, conocida como SOLCAR, los Talleres Ferroviarios ETAF y la Empresa Operadora Ferrocarriles del Centro, entre otras. También dirigió por dos años; y previamente participó en el diseño y la constitución de la Empresa Mixta cubana-venezolana FERROLASA, destinada al desarrollo de los proyectos ferroviarios en la hermana nación suramericana.

Ahora al frente de la UFC tiene bien definidos los desafíos que enfrenta el sector; y reconoce que subyacen potencialidades relacionadas con la calidad de los servicios que prestan al pueblo, las cuales pudieran emerger con la superación constante de todos los actores que intervienen en cada proceso; y la batalla contra la negligencia y la indisciplina, entre otras dificultades de índole subjetivas.

Con claridad se refiere a uno de los mayores desafíos que los conmina a perfeccionarse: “tenemos que lograr un incremento de los ingresos y las utilidades, a partir del aprovechamiento de las capacidades instaladas en talleres e instalaciones, así como de la experiencia y los conocimientos de obreros y especialistas comprometidos con el sector ferroviario, encadenándonos con el sector industrial estatal cubano y las formas de gestión no estatales”.

El Director General de la UFC señala como deber y obligación detener la fluctuación laboral y lograr dignificar al obrero ferroviario para contribuir a la economía cubana, para lo cual habrá que incrementar salarios y mejorar las condiciones de vida y trabajo. Igualmente identifica como desafío el perfeccionamiento de la comunicación institucional desde la Osde hasta la última estación ferroviaria de la Isla.

“Debemos tener un intercambio efectivo con nuestra población y nuestros trabajadores para propiciar que las dos partes participen en los procesos de dirección y perfeccionamiento de todos lo que hacemos como servidores públicos, y de ese modo lograr que mejore la calidad de los servicios públicos. Que se reconozca el gran esfuerzo que hacemos a diario para transportar los pasajeros y las principales cargas, incluyendo la canasta básica normada, a pesar de las limitaciones de recursos, los bajos salarios y las difíciles condiciones de trabajo”.

Acota que se trata de un sector que opera mayormente en moneda nacional, con equipos que ya superan los 40 y 50 años, sin piezas de repuesto, que se mantienen gracias a la inventiva y las múltiples innovaciones de los trabajadores.
No obstante, asegura que para el 2025 deben lograr incrementar las exportaciones y los ingresos en divisas, buscando nuevas fuentes para depender menos del presupuesto del Estado y del Ministerio del Transporte.

“El mantenimiento de la infraestructura y el incremento del coeficiente de disponibilidad técnica (CDT) de los equipos, principalmente de las locomotoras, constituyen hoy nuestra mayor debilidad para la sostenibilidad de los servicios de transportación de cargas y pasajeros”, concluye.

Fuente: Con información del perfil de Facebook de Eduardo Rodríguez Dávila